ÁNGEL DE LUZ Y SOMBRAS

Vamp101

Ángel de luz y sombras

 Fue apenas un leve escalofrío en la base de mi espalda; una ligerísima vibración del aire físico circundante en la piel, como cuando se abre la tapa de un congelador, suficiente para mis alertados sentidos. Sin volverme, alcé la mano con la palma hacia atrás y tracé en el aire un cortafuegos.
La katana quedó inmóvil en su arco descendente y el paralizado individuo recién aparecido del vórtice compuso una mueca de sorpresa y temor. Era un programa bastante simple y ello me hizo pensar que se trataba de un movimiento de distracción por lo que me giré hacia un lado y sorteé el mortífero golpe de una segunda katana refulgente; un arma de luz que sólo podía pertenecer a un Nostromo de rango medio.
Era una constante desde hacía siglos. De cuando en cuando aparecía alguien dispuesto a matarme; miles de puertas hacia tantos otros universos con mi nombre grabado a fuego se veían traspasadas por estos asesinos del espacio virtual. El Creador no cejaría jamás en su empeño por eliminarme.
Miré al asesino. Era un ángel violeta de la secta de Jefael según denotaba su aura; uno de los templarios encargados de eliminar interferencias. Eso era yo. En eso me había convertido, en una simple y molesta interferencia. Miré sus ojos protegidos por puntos discontinuos para contrarrestar un probable ataque de luz por mi parte. ¡Estúpidos, estancados en sistemas de defensa caducos!. Entré en su mente a través de su oculto tercer ojo de silicio y flagelé sin piedad sus circuitos curvando el algoritmo de la base y provocando su total descomposición mental y física. En la matriz, en un bucle de su memoria volitiva, encontré lo que buscaba durante mucho tiempo atrás: el lugar donde la tenían oculta y la certeza ¡al fin! de que ella aún estaba con vida.
Diluí el ánima de ambos asesinos y me dispuse a emprender la marcha. ¡ELLA estaba viva! Lo demás carecía de importancia. A partir de ahora sería yo quien les buscara en sus propios dominios.
Cristalicé mi cuerpo en unidades de luz fría para el largo viaje y me adentré en el psicohiperespacio total.
 
Fauno

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